A LAS CARRERAS…
TLAXCALA, TAN MÁGICA COMO IRREAL, SÍ EXISTE
SOFÍA RODRÍGUEZ.
El encanto mágico de los bosques de Nanacamilpa, las jacarandas, el sabor a mole prieto de Contla, la suavidad de una cobija de Santa Ana, el ánimo del carnaval o el fervor religioso, nuestra historia plasmada en los murales del maestro Desiderio Hernández Xochitiotzin, son sólo algunas de las virtudes que Tlaxcala esconde entre la altiplanicie donde se encuentra ubicada, una región que conserva entre sus calles del centro histórico de la capital rasgos de la época colonial que aún atestiguan el pasado glorioso que nos forjó como Cuna de la Nación y que continuamente gritan que Tlaxcala Sí existe, en México y en el mundo, pésele a quien le pese.
En el amplio transitar de los años de esta entidad, innumerables han sido las bellezas que Tlaxcala da a conocer los mexicanos – aunque sin generalizar – por desgracia algunos cuantos se han encargado de minimizar, como hice la mención en la columna pasada, con base a burlas, críticas y estigmas innecesarios. Aun así, toda la sarta de cosas no ha sido de suficiencia sustanciosa para tapar el sol con un dedo y opacar la hermosura que ha provocado el aumento del turismo, gracias al amor y la hospitalidad del pueblo de la Malintzi.
Sin embargo, pese al amor y hospitalidad del pueblo tlaxcalteca, la sociedad mexicana nos ha mantenido a los tlaxcaltecas en un predicamento de ser los que no existen, los olvidados, los traidores, siendo este ultimo calificativo otorgado por Benito Juárez, tema que pudiéramos tratar en otro escrito y de cómo esa figura histórica nos ligó a problemas de discriminación a nivel nacional.
Pero sin irnos tan lejos en la historia, la discriminación hacia el pueblo tlaxcalteca, fue durante años un tema “sin importancia” para los representantes de la primera magistratura del estado, pues a anteriores titulares del gobierno sólo les importaba “hacer su chamba”, que en la mayoría de las ocasiones, ha sido lo mismo que hacer nada y no es por “tirar hate”, como dicen los jóvenes, es simplemente la necesidad de colocar al descubierto la gran comparación que existe desde las pasadas administraciones que sólo hablaban de la grandeza de Tlaxcala, sin realizar ninguna acción que demostrara las palabras, a una nueva historia, en donde la fortaleza de la entidad ya ha sido vista desde otros ojos, lejos de los estigmas.
Tlaxcala es una joya, en todos los sentidos de la palabra, pero es apenas el gobierno que encabeza Lorena Cuéllar Cisneros, quien ha hecho todo lo posible por mostrar a México y al mundo, la magia que el estado tiene para aportar a quienes se aventuran a conocer sobre los lugares históricos y sitios de interés, entre los que por su estructura y atractivo, destacan Cacaxtla, Val’Quirico, el bosque de las luciérnagas en Nanacamilpa, así como la Barca de la Fe en Tlaxco, o el ex convento franciscano en la capital, este último, declarado en el 2021 como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas, ya que históricamente representa la cuna de la evangelización en México.
Y si de arte efímero hablamos, en ese terreno también contamos con eventos de talla mundial y que hacen que Huamantla reciba visitantes extranjeros. ¿Saben de qué hablamos verdad?, ¡claro! De la famosa “Noche que nadie duerme”, en la que, si algún día asistes, estimado lector, te aseguro que vivirás una experiencia inolvidable al recorrer las calles y poder deleitarte con las alfombras de aserrín hechas por artesanos, como parte de la festividad de la bajada de la virgen de la Caridad; el carnaval, que nació en Yauhquemehcan y que es una exquisita mezcla musical con danza y el arte de los bordados en trajes y vestidos, hacen de esta tradición, tu mayor deseo por regresar a la tierra de la tortilla.
Pareciera que hablo de un cuento de fantasía, y por ello, hemos de enfatizar que la fantasía sí existe y está al alcance de todos, algunos tenemos la suerte de vivirla todos los días y otros tendrán la oportunidad de experimentarla, de visitar, de dejarse envolver por la sazón, los olores, los bordados entre otras maravillas que mi bello estado tiene para enamorarte.
Es de este modo que habremos de hacer énfasis en la tarea de la Secretaría de Turismo de Tlaxcala para dignificar la imagen y revertir paso a paso el efecto que causaban en años pasados el abandono de los ex gobernantes a esta situación de discriminación y bullying; pues como hemos visto recientemente, las aportaciones de este ente de gobierno estatal, se ha propuesto dar a conocer a México y al mundo una Nueva historia, y no es porque sea un capricho o simple eslogan institucional, sino porque desde siempre ha sido el tiempo de aclarar la importancia del papel fundamental que juega este territorio no sólo en su historia, sino también en su aportación económica con su zona comercial que favorece a la nación.
Con el afán de conminar de esta riqueza, reconozcamos el trabajo de la titular de Turismo, Josefina Rodríguez Zamora, quien pese a los estragos de la pandemia por el Virus SARS-COV-2, ha trabajado para levantar a este sector y recuperar la confianza de los visitantes, a través de diversos mecanismos que permitan una generación de ganancias económicas para los trabajadores, guías de turistas, artesanos, así como la generación de satisfacciones para los viajeros.
De estás acciones, por mencionar algunas, enlistamos la reciente apertura de la ruta CDMX – Tlaxcala, que es un recorrido en el que los capitalinos, pueden conocer en un día, todas las bellezas antes descritas, y que además a futuro, se sumarán otras cuatro rutas hacia el estado. Asimismo, nombraremos el evento denominado Burden Run, y que además de lograr que la gente se cautive con la belleza de la Malintzi, será un evento para incentivar a la sociedad a adquirir hábitos de vida saludables.
Del mismo modo, no podemos olvidar que Tlaxcala ha tenido importantes representaciones en el extranjero, pues Nueva York y Chicago, ha sido testigo de una exposición de tapetes huamantlecos y de la deliciosa gastronomía típica para detonar la cultura y riqueza de Tlaxcala.
Éstos y más proyectos habrán de colocar en corto plazo el nombre de Tlaxcala en lo alto, pues los comentarios positivos ya comienzan a escucharse, sin duda que la historia ya se reescribe de forma diferente, Tlaxcala ya es sinónimo de atractivo, de aventuras, de experiencias, al estado y a su gente solo le hacía falta realzar ese orgullo que debemos sentir al pertenecer a una tierra llena de grandes legados, de guerreros, y de historia.
El gobierno aún tiene mucho por hacer para dar a conocer a Tlaxcala en todas sus formas, pero sin duda el plan será un éxito de seguir trabajando a este ritmo.