Combatir la tala clandestina.
Por Daniel Cantó.
Combatir la tala clandestina requiere de un gran esfuerzo, en Tlaxcala grupos criminales que se asientan en el área de la Montaña la Malinche mediante amenazas y disturbios, pretenden asegurarse impunidad total, lamentablemente existen muchos grupos que protegen a estos malhechores.
El pasado miércoles, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), a través de la Unidad de Policía de Montaña, aseguró una unidad cargada con materia prima verde en el área perimetral del Parque Nacional Malinche.
Ante esta acción, un grupo de pobladores presuntamente dedicados a la tala clandestina agredió físicamente al personal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) e incendió su vehículo para impedir que se llevaran la unidad.
Y es que pese a la agresión el gobierno estatal a través de la SSC no bajará la guardia en el combate al delito de la tala clandestina que afecta zonas naturales y protegidas de Tlaxcala.
La Tala ilegal es el corte y extracción de recursos forestales sin la autorización de la SEMARNAT, lo que constituye un delito federal que puede ser denunciado ante autoridades competentes (artículos 189 y 190 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente).
Especialistas del tema y de organizaciones de la sociedad civil señalan que, por lo menos, la mitad de la madera que se comercializa en el mercado nacional tiene un origen ilegal.
Si se buscan los datos oficiales, se encontrará que ninguna dependencia del sector ambiental cuenta con información actualizada y pública sobre el universo de la tala ilegal en cada región de nuestro país México.
Difícilmente podrá perseguirse la tala clandestina si la sociedad en su conjunto y los propios habitantes dejan de ser cómplices con los grupos criminales que deforestan nuestros bosques. Tenemos que hace conciencia de la importancia que tiene conservar los recursos naturales, proteger las áreas que llamaríamos silvestres para que puedan seguir existiendo, a veces como reservas territoriales.
