De cínicos y cosas peores.

Por Daniel Cantó

En México, la corrupción y el amiguismo son lamentablemente comunes en muchas áreas, entre ellas el periodismo. Los llamados «periodistas chayoteros» que en una época reinaron tanto en nuestro país como en el estado, hoy extrañan sus ayeres, e intentan con chantajes revivir su pasado.

Pero no es muy difícil dar con ellos, pues hacen un circo con las noticias y se sienten gurús de la política, olvidan que durante los sexenios de perredistas, panistas y priistas -hoy algunos de ellos morenistas- fueron privilegiados con espacios en el Sistema de Noticias de Tlaxcala, con jugosos convenios, viajes todo pagados y hasta la oportunidad de “brincar a la justicia” en más de una ocasión.

A estos no les importan los colores o quien gobierna, les interesa recuperar los privilegios y canonjías que perdieron, porque cada día se sienten más perdidos, ven como los partidos que los apoyaron y los sacaron de su mediocridad están por desaparecer de la vida pública de Tlaxcala.

Fíjese uno de ellos fue hasta vocero del PRI en algún tiempo, ahora con su pasquín digital pretende intimidar a cuanto funcionario se deje, pero acaba dando tristeza, nada aprendió, siempre ha vivido de las dádivas que le dan en los ayuntamientos, y hasta trabajo pide a los alcaldes para sus familiares.

Y unos que apenas ingresan en el medio periodístico y trabajan como dizque voceros de diputados, bueno, esos primero deberían tomar por lo menos un curso de redacción y mejorar su vocabulario, pues diciendo palabrotas en contra de los funcionarios no abona en nada.

Estos “comunicadores”, con falta de ética y profesionalismo en su labor cada día se evidencian, están desesperados pues saben que la administración estatal nunca se dejará chantajear por ellos.

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