Desafíos para el acceso efectivo al derecho a la educación, para la población de retorno.

COLUMNA SEMANAL: MIGRACIÓN SIN FRONTERAS.

Un texto de Norma Mendieta, de Cafami AC Tlaxcala

La migración de retorno en Tlaxcala se ha incrementado como en el resto del país, el retorno de hombres o mujeres de forma forzada o voluntaria, incluye a cónyuges e hijos, jóvenes, niños y niñas, ya sea nacidos en México o en Estados Unidos, la complejidad del retorno es fácilmente ignorada y desconocida por aquellos que no la han vivido, esta población expulsada de sus hogares en Estados Unidos se enfrenta a otro sistema de exclusión: el del gobierno y la comunidad en Tlaxcala. Estas familias enfrentan diversos retos en su proceso e integración a su lugar de origen, entre ellos barreras institucionales para el ejercicio y goce de sus derechos sociales, acceso a la salud, la educación, la vivienda y el trabajo, en este caso hablaremos en concreto del acceso a la educación, en el sistema educativo nacional y estatal, existen barreras estructurales, culturales y sociales, para el acceso a este derecho.

Barreras Culturales

En relación a las barreras culturales los estudiantes provenientes de Estados Unidos, enfrentan un conjunto de problemáticas: convivir con sus compañeros en un ambiente escolar e idioma distintos; diferencias en los contenidos curriculares entre los sistemas estadounidenses y el mexicano y en los mecanismos y técnicas pedagógicas de enseñanza, escaso bilingüismo del personal educativo. El desafío más evidente es la transición a un sistema escolar basado en la lengua española y no en el inglés, estos alumnos tienen dificultades para expresarse de forma escrita y para leer en español, requieren de la adquisición de habilidades para la lecto-escritura, aprender el español es un reto que les toma tiempo y esfuerzo, combinan palabras en castellano y en inglés, o bien su pronunciación no es muy clara. A muchos maestros y maestras les falta empatía para entender los retos que estos estudiantes enfrentan para el aprendizaje del idioma, tampoco están capacitados para identificar esta necesidad y no cuentan con herramientas para ayudar a los alumnos a desarrollar las habilidades requeridas. La dificultad para leer y escribir en español, afecta su desempeño escolar, lo que se traduce en bajas calificaciones, al ser evaluados en un idioma que no dominan, la escuela mide de forma inadecuada sus capacidades, contribuyendo a un trato desigual, y a etiquetarlos como “lentos”, “distraídos”, “no entienden”, “se aíslan”, incluso los llegan a diagnosticar con dislexia y baja capacidad intelectual. Lo que les provoca inseguridad, baja autoestima, apatía y falta de motivación para estudiar, afectando su bienestar mental y emocional.

No se les reconocen sus habilidades y experiencia y en cambio se les estigmatiza como arrogantes y rebeldes, debido a las competencias desarrolladas en Estados Unidos, como el dominio del idioma inglés y el desarrollo del pensamiento crítico.

Barreras Sociales

En este aspecto existe falta de redes sociales de apoyo por parte de maestros y compañeros esencial para favorecer su integración. Debido a la saturación de actividades administrativas que tienen los docentes, además de estar frente a grupo, es muy bajo o nulo el apoyo que pueden brindar para facilitar su proceso de adaptación. Falta de formación en educación intercultural para poder integrar a alumnos y alumnas. Escaso personal para dar apoyo psicopedagógico o tutorías a los jóvenes, niños y niñas que lo requieren, por lo que, en efecto, tienden a aislarse y permanecen invisibilizadas sus necesidades. Algunos padres optan por pagar cursos extracurriculares de español, pero esta opción no está al alcance de la mayoría, por la falta de recursos económicos.

Son discriminados por sus pares por su forma de hablar, de vestir, su dominio del idioma inglés, la manera de comportarse, se les señala por ser distintos, en sus testimonios narran que enfrentan agresiones verbales, nos dicen “que no somos mexicanos”, “que somos gringos”, “que nos regresemos a Estados Unidos”, todo esto les genera un sentimiento de no pertenecer a México como otros niños y jóvenes mexicanos nacidos en el país, sin experiencia migratoria.

Dado que haber sido deportado también es causa de discriminación en la comunidad, ser hijos de padres deportados de igual manera, los coloca en una situación de exclusión, por lo que ocultan esta situación, viviendo bajo una permanente tensión, por el miedo a que esto se descubra.

Barreras Estructurales

Esta barrera, es sin duda el primer desafío que viven, en el caso de Tlaxcala, a diferencia de otros estados del país, en la mayoría de los planteles, al menos, se les permite el ingreso, aunque siguen existiendo los casos, en que tiene que darse el acompañamiento por parte de nosotros como organizaciones civiles, o se requiere la intervención de autoridades del Programa Binacional de Educación Migrante, (PROBEM), para recordarles a directores y personal administrativo que de acuerdo a las modificaciones realizadas a la ley General de Educación y a la normativa que rige en educación básica, la presentación de documentos de identidad y de antecedentes escolares, dejaron de ser un requisito indispensable para realizar la inscripción a los diferentes niveles educativos.

En la Ley General de Educación, Artículo 33, Fracción XI Bis, se establece que se debe “Garantizar el acceso a la educación básica y media superior, aun cuando los solicitantes carezcan de documentos académicos o de identidad”. En la normativa de educación básica también se decreta que niñas, niños y adolescentes deben ser aceptados de inmediato en la escuela en cualquier época del año y en el grado escolar que les corresponde, según el documento probatorio que muestren de los estudios efectuados

Para inscribirse también se eliminó el requisito de presentar el acta de nacimiento y documentos escolares emitidos en otro país, apostillados y traducidos por perito oficial. Bastará con una traducción simple.

Si bien existe la buena práctica de permitirles la inscripción, la permanencia en la escuela de los estudiantes mexicoamericanos, que tienen derecho a la doble nacionalidad, por ser hijos de padre o madre mexicano, se condiciona a la entrega del acta de nacimiento mexicana y la CURP, ésta se pide reiteradamente, porque la mayoría de los sistemas electrónicos estatales, la marcan como un campo obligatorio para completar los trámites de inscripción. Además la CURP es un requisito indispensable para la inscripción al nivel medio superior de acuerdo con la SEP.

Por estos requisitos burocráticos, se presiona a los padres, para que tramiten lo más pronto posible estos documentos, documentación a la que los hijos de muchas familias tlaxcaltecas no pueden acceder, porque a su retorno traen consigo el acta de nacimiento sin apostilla. Presentar el acta de nacimiento apostillada y traducida por perito oficial, ya se eliminó como requisito para el ingreso a la escuela, pero no del reglamente del registro civil, para la obtención del acta de doble nacionalidad y la generación de la CURP.

Como hemos mencionado ya en otros artículos, el trámite de apostilla no se puede realizar en México en ninguna institución, hacerlo desde aquí, es complicado, porque se carece de la información necesaria sobre como efectuar el proceso, requiere tiempo e intermediarios a quienes se les tiene que pagar. Si a esto se le agrega el costo de realizar traducciones certificadas, los recursos que se necesitan no están al alcance de una familia retornada con dos o más hijos. De acuerdo con información proporcionada por la Coordinación Estatal del PROBEM, en el ciclo escolar 2017-2018, en educación básica, estaban inscritos 2, 572 niños y niñas extranjeros; el 96.73% es decir 2, 488, nacieron en los Estados Unidos. De ellos 438, presentaron el acta de nacimiento extranjera sin apostilla y 11 ningún documento de identidad, lo que sin duda los coloca en una situación de mucha vulnerabilidad, para lograr un acceso efectivo a su derecho a la educación. Esto solo considerando a quienes cursan la educación básica, carecemos de datos de cuantos están siendo afectados en el nivel medio superior y superior, y mucho menos tenemos cifras de aquellos estudiantes que, por alguna razón, no están inscritos en la escuela, cabe preguntarse ¿cuántos jóvenes verán truncados sus proyectos de vida por esta barrera estructural?

Acciones que deben implementarse para contribuir a la integración de esta población en el sistema educativo.

El primer paso es garantizar que el estudiante tenga acceso a la escuela, es decir, a su derecho a la educación, por lo tanto es prioritario difundir las modificaciones a la normativa realizados desde 2015, capacitar al personal administrativo a cargo de ejecutarlos, y asegurar su correcta implementación. Estas tareas requieren un trabajo interinstitucional coordinado que involucre a personal de la SEPE, la Dirección de Atención a Migrantes, el DIF, la delegación estatal de la Secretaría de Relaciones Exteriores y organizaciones de la sociedad civil .

Adecuar los sistemas informáticos actualizando los sistemas de base de datos en las escuelas a la normativa vigente, para que la ausencia de la CURP no limite la inscripción formal a la escuela, incluyendo el campo e CURP como opcional, y no obligatorio.

Estos temas burocrático-administrativos constituyen el primer escalón en la cadena de desafíos, pero el derecho a una educación adecuada y de calidad es el reto más complejo que enfrenta esta población, una educación inclusiva requiere:

Sensibilizar a los maestros y maestras respecto de la realidad bicultural y las necesidades específicas de estos alumnos, para erradicar conductas discriminatorias de ellos y del resto de la comunidad escolar.

Contar con maestros capacitados, es fundamental qué en su formación como docentes, se incluyan contenidos sobre educación y pedagogía intercultural, que los doten con herramientas pedagógicas bilingües, para poder otorgar una adecuada atención educativa.

Diseñar un plan integral dirigido a esta población que asegure que sus saberes sean reconocidos y sus necesidades atendidas. Contar con programas de apoyo extraescolar que permitan a los estudiantes aprender la lectoescritura en español, para insertarse adecuadamente en el sistema educativo mexicano y desarrollar habilidades para adaptarse a su nueva realidad social y cultural.

Este plan debe considerar como un pilar esencial, la incorporación de profesionales de la salud mental para la atención de jóvenes, niños y niños afectados por el retorno forzado, la separación familiar, y la discriminación que viven a su regreso.

De tomarse en cuenta estas propuestas para su implementación, se irán eliminando las barreras que discriminan y excluyen de manera sistemática a niños, niños y jóvenes en condiciones de retorno.

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