El canibalismo de MORENA pone en riesgo su posibilidad de ganar la gubernatura de Tlaxcala.
Por: Enrique Gasga
Cada que pasa más tiempo del presente sexenio paradójicamente en lugar de que el partido en el poder federal (MORENA) logre consolidarse; el canibalismo como parte de su ADN empieza a poner en riesgo sus muy posibles triunfos rumbo a las elecciones de 2021.
Sin embargo, el canibalismo de grupos, tribus o pandillas mostrado en este partido pudiera devorar a cualquiera de sus candidatos, en el caso de Tlaxcala, la candidatura a la gubernatura cada vez tiene más riesgo de perderse.
La práctica de este canibalismo de MORENA en Tlaxcala a pesar de hacer una supuesta pausa debido al jalón de orejas que el dirigente nacional de este partido dio a los aspirantes a dicha candidatura hace poco para que calmaran sus guerras internas e intestinas, o de lo contrario enviarían a un delegado externo para poner orden, aunque la verdad es que este partido ni a nivel nacional tiene orden, de hecho las cosas están color de hormiga en la contienda por la dirigencia nacional.
Todavía a finales del primer año de gobierno federal los lorenistas se jactaban de tener en la bolsa la candidatura para Lorena Cuellar; pero pasaron los meses y esta posibilidad parece diluirse casi por completo debido a que prácticamente ninguno de los grupos de este partido en el estado ve con buenos ojos esa candidatura, y ninguno de los demás aspirantes a ese cargo está dispuesto a dejar su proyecto, y en caso de no alcanzar la candidatura sería poco probable que apoyaran a otro candidato.
Suena cada vez más el nombre de Dulce Silva quien prácticamente ya está en campaña abierta repartiendo volantes, metida en las redes sociales e invitando a todo el que quiera apoyar su aspiración.
Y… o la cosa va en serio, o Dulce ya se la está creyendo, el hecho es que esta mujer a quien se ha evidenciado por su presunta conducta delictiva; ya está haciendo negociaciones con legisladores de la 4T, con empresarios y con representantes de diferentes sectores, pues a diario tiene largas filas de gente en sus oficinas; y donde su cercanía con la familia del presidente y supuesto apoyo de uno de los hijos del inquilino de Palacio Nacional parece darle posibilidades para alcanzar la candidatura; aunque para ganar le harían falta muchas más cosas.
Joel Molina -una de las enormes piedras en el zapato de Lorena Cuellar- por su parte con una imagen poco carismática; pero con el oficio y la trayectoria política, ha tendido puentes con prácticamente todos o la mayoría de los líderes políticos del estado, y desde el senado está tejiendo apoyo para su aspiración, además de ser cercano también a uno de los hijos del presidente.
Por su parte la senadora Ana Lilia Rivera se erige como la única legítima morenista lo que le daría, según este razonamiento, más derecho que los demás para ser la candidata que abandere al lopezobradorismo a través de este partido a la gubernatura de Tlaxcala.
La situación es que en esta contienda interna la democracia brilla por su ausencia; no se ve hasta el momento ninguna posibilidad de consenso ni de alianzas internas, lo que sí se ha notado son los golpes bajos, ataques directos, descalificaciones y la preparación incluso de denuncias judiciales contra Lorena esencialmente por los presuntos malos manejos en la Delegación para el Bienestar que se sacarían en su momento.
Y si bien el PRI, el PAN y el PRD que habían sido los partidos más sólidos para pelear por la gubernatura, los incesantes ataques mediáticos en su contra y la falta de estrategias no les ha permitido aprovechar la guerra al interior de MORENA.
Aquí es importante ver cómo harán sus campañas tanto Movimiento Ciudadano (MC) como el Partido Alianza Ciudadana (PAC) que bien podrían aprovechar la crisis de los partidos que tradicionalmente tenían las mayores posibilidades en las elecciones y ocupar estos primeros lugares.
Lo que se empieza a ver es que a diferencia de otras entidades, en Tlaxcala la clase política es muy cercana entre sí, y el electorado conoce bien a los posibles aspirantes de ahí que algo necesario para cualquier aspirante a la gubernatura es hacer los consensos necesarios para alcanzar el triunfo.
Sin embargo, en MORENA el principal problema es precisamente ese, que no hay consensos; y todo parece indicar que una vez que haya un candidato, o candidata de ese partido momentos después podrían venir las rupturas internas de los aspirantes no elegidos.
Eso se traduciría, no en una salida masiva de miembros de ese instituto político; sino que se agudizaría la guerra interna contra él o la candidata; es decir crecería la posibilidad de que una alianza opositora pudiera ganar la gubernatura.