El dilema de la LXIII Legislatura de Tlaxcala.
Cancelar el acuerdo firmado bajo supuesta presión con burócratas y docentes, o respetarlo y asumir los costos…
El presente dilema surge derivado de que hace unos días una comisión de diputados locales luego de dejarse amedrentar por trabajadores de base y docentes que habían tomado las instalaciones del Congreso local, y amenazaban a los legisladores con desnudarlos y exhibirlos , si no firmaban un acuerdo por medio del cual eliminaban los supuestos recortes hechos en el presupuesto de egresos 2019, que afectaba algunas de sus prestaciones, de ahí que los diputados accedieron después de varias horas, y en la que no se les permitía abandonar el lugar, firmar una minuta en este sentido.
Previo a ese momento la legisladora María del Rayo Netzáhuatl Ilhuicatzi, presidenta de la Comisión de Finanzas y Fiscalización del Congreso del estado exhibe que más de mil 300 millones de pesos que presupuestó el Gobierno de Marco Mena, no informó en qué se van a gastar.
Y que dichos recursos están incluidos en tres bolsas en el Paquete Económico 2019: una de 544 millones de pesos, otra de 100 millones de pesos y otra más por la cantidad de 75 millones de pesos; sin embargo cuando se le preguntó a la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado sobre el destino de esos recursos no hubo respuesta; y en el documento sólo establece que las cantidades mencionadas son para provisiones generales.
Ante esto, María Del Rayo había dicho a los manifestantes que exigieran al Ejecutivo del estado que de estas bolsas cubriera los posibles faltantes en prestaciones que se les habrían recortado; ya que sólo unos 70 mdp de dichas bolsas fueron redireccionados, y lo demás se le respeto; esto pese a no contar con reglas de operación.
Sin embargo, los trabajadores sindicalizados que estaban haciendo la protesta no aceptaron dicha propuesta de la legisladora, y continuaron con los reclamos hasta que los diputados aceptaron firmar una minuta donde se les respetaba el recurso de las prestaciones que reclamaban en el sentido que lo pedían.
Sin embargo, pasados los días varios legisladores se han inconformado con la determinación de los diputados; ya que ponen en duda la validez del acuerdo por haber sido presuntamente bajo presión, y siguen analizando si finalmente dicho acuerdo se respeta, o no.
El asunto es que si no se respeta el acuerdo; el Congreso local puede perder credibilidad, ya que firmaron, y entonces perdería valor su firma, y con ello todo acuerdo posterior podría quedar en duda su validez.
Y por el otro, si se respeta dicho acuerdo en las circunstancias que se hizo, esto puede ser un signo de debilidad, falta de preparación, desconocimiento de las leyes, y temor de los legisladores para enfrentar situaciones como la ocurrida, que por cierto son el pan de cada día en el Congreso, además de que en adelante se corre el riesgo de que dicha situación anime a otros grupos a optar por la fuerza y la presión contra los legisladores para obligarlos a cumplir sus demandas.