EL FALSO MESÍAS: Aun año de que Amlo ganó la elección presidencial, la transformación en México carece de rumbo.

Para tener una visión más completa sobre el escenario del actual gobierno de la República que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador a un año de ese 1 de julio que vio el triunfo lopezobradorista, y que muchos han llamado ya “el error del 1 de julio”, es importante primero poner los términos en su justa dimensión, por ejemplo donde opositores y críticos lo llamaron candidato mesiánico, situación que sus adeptos han explotado comparándolo con el verdadero “Mesías”, y lo cual ha generado muchas inconformidades.

Seguramente muchos críticos de López Obrador en su afán por evidenciar que su gobierno no se apega a la problemática real del país, es fantasioso, mentiroso  y ocurrente; creyeron que nombrándolo “mesiánico”, esto sería negativo para él; sin embargo se equivocaron, ya que la palabra en sí tiene un gigantesco peso ideológico pues el “Mesías” es Jesús y prácticamente están poniendo a su nivel a López Obrador.

En todos sentidos, la comparación es un exceso de muy mal gusto, ya que todo aquel que sea nombrado así, obviamente no es un “Mesías” ni él “Mesías”, sino un “falso Mesías”.

Aclarado esto, es ilustrativo el hecho de que si algo ha caracterizado al gobierno denominado de la “Cuarta Transformación” de López Obrador, ha sido precisamente su simulación, su recurrencia a la mentira, la minimización de la mayoría de los grandes problemas del país, en que cuando le conviene dice que le heredaron un “cochinero”, y cuando no le conviene esto cambia diciendo que el país va bien.

Otra característica de Obrador es la destrucción gradual de las instituciones como si en lugar de la elección que lo llevó a la presidencia, su presidencia hubiera sido producto de una revolución armada en que sería necesario quitar los escombros de las instituciones e imponer nuevas.

Pero no fue así, López Obrador recibió instituciones con una enorme estructura y recursos, aunque en muchas, en mayor o menor grado, había corrupción que habría que limpiar.

Sin embargo, López Obrador no ha combatido en sentido estricto tal corrupción que fue su principal compromiso con el país; lo que ha hecho ha sido eliminar instituciones, programas y servicios que beneficiaban a millones de mexicanos principalmente en estado de vulnerabilidad.

Personas con cáncer, personas de escasos recursos que necesitan ampliamente servicios de salud, beneficiarios de las guarderías que coordinaba el gobierno federal; así como refugios para mujeres víctimas del delito; apoyo a gente de cultura; y la imperiosa necesidad de combatir eficientemente la criminalidad, entre otras cosas, que no hace, y lo cual ha afectado a mucha gente.

Ante esto, su justificación, sin contar con el diagnóstico del presunto problema, es asegurar que había corrupción, y ha estado eliminando recursos al por mayor, lo que muestra una insensibilidad exacerbada del presidente ante las necesidades de la gente; es decir, le ha interesado más la centralización del poder en su persona que el bienestar real de los mexicanos.

Y es que cada paso que ha dado, cada decisión que ha tomado, tiene la misma meta, la centralización del poder en él; esto a costa de destruir el funcionamiento de las instituciones, sin tomar en cuenta que en esas instituciones no sólo estaba la mano de los ex gobernantes; sino de millones de mexicanos que colaboraron para mantenerlas. Había entonces que limpiarlas, no devastarlas.

Entre los grandes problemas que enfrenta el país debido a la forma de gobernar de Obrador, a las decisiones que ha tomado, y las cuáles en muchas ocasiones han sido criticadas por violatorias de la ley; es que no muestran un plan, o proyecto que explique a los mexicanos de qué se trata los cambios que está haciendo.

Y otro de esos problemas es la intolerancia del presidente a la crítica, meter en un mismo paquete, por decirlo así, a los ex funcionarios que presuntamente hacían actos de corrupción y saquearon al país durante muchos años, y a quienes critican al gobierno lopezobradorista.

Lo cual es otro exceso del presidente quien alimenta recurrentemente una polarización en el país, tratando de crear un rechazo e incluso odio como se ha visto en redes sociales de sus simpatizantes contra quienes no están a gusto con su gobierno.

Hay ataques mediáticos por parte de un grupo perfectamente estructurado contra quienes se atrevan a cuestionar al presidente, o manifiesten alguna crítica contra su gobierno.

En dicha lógica; se está abandonando entre los lopezobradoristas la defensa de México, de los derechos humanos de los mexicanos, de la lucha por conquistar beneficios para los trabajadores, etc ., todo está siendo sustituido por la defensa de la imagen de Amlo con el pretexto de que se necesita un presidente más fuerte como si los anteriores no hubieran tenido un amplio poder, y el cual también le heredaron.

Y una característica más del gobierno de Obrador puede ser el famoso pacto de impunidad con el gobierno de Enrique Peña Nieto que le habría permitido llegar al poder, y lo cual quedó evidenciado en una entrevista que Obrador dio a Carmen Aristegui en el que aceptó que hubo acuerdos en ese sentido.

López Obrador es un político más, no viene de la luna ni de otra galaxia; y menos se puede ni se debe equiparar a “Jesucristo”.

Él ha hecho mal en pronunciar, y hacerlo equivocadamente, aspectos de la Biblia; es una aberración utilizar las escrituras sagradas para beneficiarse en su imagen; ya que si hubiera honestidad en tomar aspectos de la Biblia lo que debería buscar es sustituir las leyes de México por lo que dicen las escrituras.

Pero como eso no lo ha hecho, y se ha limitado a violentar no sólo leyes mexicanas, sino incluso leyes que están más allá de su entendimiento; esto la única coherencia que tiene con él es que confirma que es un “falso Mesías”, y como tal es parte de lo contrario a Dios.

Un “falso Mesías”, se gobierna precisamente por la falsedad y la mentira.

Hoy México necesita de su presidente, un plan viable para atender los problemas que tiene; la inseguridad y otros problemas están ahogando a millones de mexicanos, y lo que se necesita son estrategias claras y eficaces para combatir la pobreza, la inseguridad, y tanto otros problemas que enfrenta el país.   

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