El show perverso para tapar la catástrofe de muertes por covid-19.
Por: Enrique Gasga
Si algo caracterizó al presidencialismo de los últimos sexenios fue la falta de sensibilidad en sus políticas públicas que afectaron enormemente a los grupos en estado de pobreza y pobreza extrema en rubros tan importantes como son la seguridad, la economía y la salud, la falta de apoyo a éste último reflejó quizás el perfil más insensible de esos gobiernos por la falta de apoyo; sin embargo con la llegada del nuevo gobierno federal autodenominado de la transformación, se ve tristemente que este problema en lugar de atenderse se agudiza lo que hace que mucha gente se pueda preguntar, sí al votar por Morena se equivocó.
Es un hecho que la pandemia del Sars- Cov-2 ó Covid-19 ha evidenciado las múltiples deficiencias del sistema de salud en prácticamente todo el mundo; sin embargo también ha evidenciado la capacidad de respuesta de los gobiernos ante un problema de esta magnitud en que la vida va de por medio y en el que México no sólo ha mostrado una reacción lenta y deficiente con resultados lamentables traducidos en más de 60 mil muertes.
Sino que hay algo mucho peor ha hecho de su estrategia ante este problema un show mediático que más allá de atacar la pandemia busca desviar la atención de la realidad que vive el país hacia temas que en nada ayudan a enfrentar el problema.
El tema de E. Lozoya ha sido manejado no con la ley que garantice castigo a los ex funcionarios que hayan empleado su puesto para beneficio personal; sino como una herramienta del presidente para exhibir visos de la corrupción en los anteriores gobiernos en forma mediática que ayude a mantener la desconfianza del electorado a los partidos de oposición a su gobierno en las próximas elecciones.
El problema principal que se puede destacar con todo esto es que el mandatario de la República busca llevar todos los reflectores a esa situación; mientras los más de 60 mil muertos y más de medio millón de casos positivos de Sars-Cov-2; así como el aumento de esta pandemia que continúa en todo el país deja en segundo o tercero o cuarto lugar este enorme problema que en todo el mundo es prioridad.
Ya que aparte de Lozoya, ha metido temas a la agenda nacional como el avión presidencial; la supuesta consulta para juzgar o no a los ex presidentes, y donde por cierto se ha manifestado a favor de la impunidad tras reiterar que el votaría que no sean juzgados.
Ello muestra que en realidad no le interesa realmente aplicar la ley contra los ex funcionarios corruptos; ya que para sus fines seguramente sirve más estarlos exhibiendo y así mantener su simpatía con el electorado ávido de que se haga justicia, pero ésta tal vez no llegue; y esto sólo es una parte de un perverso show montado para tapar la cada vez más difícil realidad que vive el país.
Se ha dicho que la forma es fondo y si algo no ha cuidado desde el inicio de la pandemia la Secretaría de Salud Federal ni el gobierno de la denominada 4T son las formas; y ante la magnitud del problema de la pandemia como nunca, es indispensable cuidar ambas cosas forma y fondo; y no se ha cuidado ni lo uno ni lo otro.
México alcanzó desde hace unas semanas el lamentable y vergonzoso tercer lugar de todo el mundo en muertes por Covid-19, y donde la reacción de las autoridades sanitarias federales y del propio presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador ha sido de provocación y no de acciones que den respuesta positiva a la magnitud del problema.
Mientras una gran cantidad de médicos, enfermeras y demás personal del sector salud sufren contagios e incluso muertes a causa de la pandemia cuando debería ser uno de los sectores más protegidos por la responsabilidad que tienen; el gobierno minimizaba el problema, el presidente besaba a una pequeñita ya en plena pandemia; han desestimado el uso de cubrebocas; la aplicación de pruebas y lo peor, han negado el destino de recursos suficientes para prevenir y para enfrentar la enfermedad
Donde el subsecretario de salud y vocero de la pandemia Hugo López Gatell ha perdido la brújula de la dimensión del problema y ha preferido politizar la pandemia dando datos totalmente fuera de la realidad y sirviendo de bufón en lugar de tomar con seriedad el problema.
Hoy y desde hace varias semanas y puede ser que en adelante durante meses según especialistas internacionales el riesgo de contagios en México es de los más altos en el mundo.
Ante esto lo razonable sería una reacción al respecto por parte de las autoridades para combatir el problema; sin embargo, se ha elegido el show (perverso), llamar la atención hacia otras situaciones para desviar el enorme problema que tenemos; se ha caricaturizado en muchas ocasiones la problemática que se vive con desafortunados distractores y declaraciones irresponsables que buscan el escándalo y la confrontación.
En plena situación de altísimo riesgo de contagios el presidente necea y en lugar de cambiar la política con la que está abordando este problema y la cual evidentemente ha fracasado (los miles de muertos lo muestran); prefiere desviar la atención al hacer declaraciones escandalosas como su pretensión de que se celebre el Grito de Independencia del 15 de septiembre y el desfile militar del 16.
Lamentablemente alimentar el morbo de la gente le ha funcionado en cierta manera para seguir descalificando a sus adversarios y con ello garantizar en lo más posible el mayor número de triunfos en las elecciones de 2021.
Las posibilidades de que eso suceda son muchas, pero los candidatos de Morena y sus aliados que acepten esa victoria la habrán logrado en mucho gracias no al buen gobierno para el que habrían trabajado porque no lo hay los resultados son muy deficientes; sino a su capacidad de manipulación y a costa quizás de más de cien mil mexicanos fallecidos por Covid-19 –según proyecciones de especialistas- quienes según se mira habrían sido sacrificados porque salvarles la vida no beneficiaba la causa de la 4T.
Pero el presidente no trabaja sólo tiene mucha gente a su alrededor, y la cantidad de muertos se puede duplicar o triplicar según proyecciones internacionales; es necesario que el gobierno lopezobradorista rectifique, los enfermos necesitan que les salven la vida no homenajes por su muerte.
Si el presidente no mira la realidad su personal tiene la obligación de mostrársela, de lo contrario seguirán ostentando un poder con una carga muy pesada que nadie quisiera llevar.