IMSS Tlaxcala revela que distingue a una persona obesa de otra que no lo es, cuando pareciera que comen lo mismo.

  • La obesidad es una enfermedad prevenible, tratable y reversible.
  • Acércate al área de Nutrición, para personalizar tu estilo de vida saludable.

Tlaxcala; Tlax., 10 de octubre de 2021.- Cualquier persona es propensa a padecer obesidad, sobre todo al estar expuestos a entornos con malos hábitos alimenticios, pero las niñas y los niños son una población más vulnerable, al estar en una etapa altamente influenciable por la publicidad en los medios de comunicación, señaló la coordinadora de Nutrición, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tlaxcala, Xóchitl Juárez Guzmán.

La especialista en Nutrición explicó que la obesidad es el resultado de consumir más calorías de las que se gastan y que se convierten en tejido graso activo que produce toxinas, ocasionando inflamación crónica en distintos órganos, dando lugar a alteraciones y trastornos en el funcionamiento de nuestro organismo.

La atención de dicha afección comienza con el control del peso; la revisión del estado general de salud de los derechohabientes, en el módulo de PrevenIMSS; la atención en el área de Nutrición; y el seguimiento de las recomendaciones sobre alimentación, consumo de agua simple y actividad física.

“La atención debe ser personalizada, ya que intervienen factores genéticos, sociales y ambientales. Cada vez es más frecuente encontrarnos con niños menores de 11 años con trastornos ligados a la obesidad o sobrepeso, a pesar de su corta edad, los cuales pueden padecer hipertensión, colesterol elevado y diabetes; aquí entran en juego dos factores importantes, que son: la alimentación y actividad física”, señaló.

La acumulación excesiva de tejido graso, con relación al peso total de una persona, generalmente se sitúa más en el abdomen, caderas, muslos o brazos, y no es sólo una condición o característica, es un padecimiento crónico, prevenible y controlable.

“Las personas que sufren sobrepeso u obesidad, ordinariamente, suelen comer lo mismo que las personas delgadas, la diferencia es que las personas con sobrepeso y obesidad, no comen frutas ni verduras, no consumen fibra, no toman agua y no hacen ejercicio”, esta es precisamente la diferencia entre una persona obesa y otra que no lo es.

Esto es lo que se tiene que hacer para combatir la obesidad: no consumir productos procesados, cuidar las condiciones de higiene con los que son preparados los alimentos y lo más importante, comer solo la porción de carne que cabe en la palma de nuestra mano; realizar 30 minutos de actividad física al día; dormir por lo menos siete horas diarias; y acudir a revisiones médicas preventivas para conocer el estado nutricional.

La obesidad genera diferentes complicaciones metabólicas y predispone al desarrollo de diabetes mellitus, hipertensión arterial, infarto cardíaco, infarto o embolia cerebral, diferentes tipos de cáncer (principalmente de mama y colon), hígado graso, ovario poliquístico, problemas articulares y problemas psicosociales (aislamiento, baja autoestima o bullying), entre otros.

“No se trata de estar delgados, o no tener grasa, pues ésta es necesaria para producir hormonas, ya que protegen los órganos internos y nos aíslan del frío; siempre debe haber un equilibrio, ya que la delgadez no es, por sí misma, sinónimo de salud”, señaló.

Es importante visitar al médico para realizar un chequeo y detectar a tiempo el grado de sobrepeso u obesidad que se tiene, y solicitar una consulta nutricional, en caso de que ya exista este problema, para su valoración y tratamiento adecuado.

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