La prometida Gobernanza que nunca llegó a Tlaxcala.

Luego de un sexenio lleno de arbitrariedades, ineficiencia, intolerancia y retrocesos por parte del gobierno de Mariano González en la entidad; lo menos que se esperaba con la llegada del nuevo gobierno de Marco Antonio Mena; -si bien no era componer todo lo malo heredado por el anterior gobierno-, era al menos reactivar el trabajo productivo; la infraestructura, y frenara el crecimiento de la inseguridad; mejorara los servicios públicos y la política social; en este contexto, el actual gobernador planteó el establecimiento de la “Gobernanza”; lamentablemente, a dos años de su gobierno lo que se mira es que tal estrategia sólo quedó en el discurso.

Primero porque no existen las condiciones en las dependencias para aplicar esta política gubernamental; segundo porque no se implementaron los cambios necesarios para aplicarla, y tercero la entrada del nuevo gobierno federal trae consigo sus propias políticas que está intentando imponer en los gobiernos estatales; y todo esto ha aniquilado la posibilidad que de que la “Gobernanza”, sea una realidad en Tlaxcala.

A dos años de este gobierno los resultados no son nada alentadores; ya que al no existir las condiciones para aplicar dicha política de gobierno ni los cambios mínimos en la administración estatal para acceder a la misma; hoy tristemente miramos que la “Gobernanza” en Tlaxcala no fue sino palabrería, y digo fue; ya que ni el término casi se escucha.

No tenía que pasar mucho tiempo para darnos cuenta que la forma de ejercer el gobierno denominada “Gobernanza”, no es un concepto aplicable a la entidad ni al país en las circunstancias existentes; las condiciones de corrupción e impunidad; así como la falta de voluntad política de los gobiernos para resolver al menos los problemas más urgentes, son males que tienen muy arraigados; y mientras no se quiera atender primero estos problemas, será prácticamente imposible incorporar satisfactoriamente una nueva forma de gobierno.

De acuerdo a trabajos académicos pertenecientes a la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, “La Gobernanza al lado de otros conceptos como “gobernabilidad” y “nueva gestión pública”, es manifestación de una serie de cambios que han ocurrido tanto a nivel de concepción teórica como de realidad empírica acerca de lo que el Estado es, y de lo que debiera ser”.

En este sentido, por ejemplo: “los problemas de (in)gobernabilidad en las democracias de países altamente industrializados provenían de la “sobrecarga” del Estado de bienestar, ante demandas y presiones de diversos grupos sociales; a su vez, esto se traducía en una crisis fiscal permanente, así como en pérdida de capacidad para resolver problemas económicos y sociales en el largo plazo”.

El hecho es que tanto en Tlaxcala como en todo el país el gobierno sigue aceptando por conveniencia para seguir controlando los recursos públicos la sobrecarga de dependencias y programas sociales utilizados también como herramienta electoral para favorecer a candidatos del partido en el poder en tiempo de elecciones, y no para dar un beneficio real a los grupos vulnerables.

Y el nuevo gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador no ha presentado un cambio en este sentido, más bien lo que se ve hasta el momento es una centralización del poder en su persona, pero sin alguna claridad de cómo va a trabajar el nuevo gobierno.

En el mismo documento de la UNAM se señala que “en las actividades exclusivas del Estado que permanezcan a cargo del gobierno central, la administración debe basarse en la desconcentración organizacional. Los organismos centrales deben delegar la ejecución de las funciones hacia las agencias descentralizadas.

“El principio que orienta este cambio es el de que debe existir una separación funcional entre las estructuras responsables de la formulación de políticas y las unidades descentralizadas y autónomas, ejecutoras de los servicios, y de esta manera orientar la administración pública a través del control de los resultados obtenidos por las agencias autónomas”; evidentemente nada de esto se ha hecho en el gobierno de Marco Mena, y de intentar hacerse primero tendría que contarse con un gabinete conocedor y experimentado en las técnicas de dicha forma de gobierno.

Las dependencias de educación, salud y en general las que ofrecen servicios siguen teniendo grandes deficiencias; la mala calidad educativa, la mala atención en los hospitales, la falta de medicamentos y servicios de salud adecuados; así como los pírricos beneficios que se dan en forma selectiva en los programas sociales; son reflejo de que poco, o nada se ha hecho para mejorar las políticas implementadas por el actual gobierno en el estado.

Un aspecto que evidencia la enorme distancia que hay del gobierno del estado con el concepto de “Gobernanza”; sin duda es el referente a la participación de la sociedad a través de las organizaciones de la sociedad civil con el gobierno del estado para coadyuvar en la mejora de los servicios públicos; donde hay un claro distanciamiento del gobierno del estado con las organizaciones civiles tanto o igual al que hubo durante el sexenio anterior resultado de una política de gobierno vertical que sólo abre su relación con la sociedad en el discurso, pero no en la práctica.

Un ejemplo de esto, lo podemos observar con la lucha de organizaciones civiles para que se active la alerta de género en Tlaxcala debido a la alta incidencia de violencia contra las mujeres en que los delitos de desaparición, feminicidio y trata se han vuelto un problema latente que se agudiza con el rechazo del gobierno a la activación de dicha alerta; lo que genera distanciamiento del gobierno con las organizaciones civiles, y permite que siga creciendo la inseguridad y con ello la gravedad del problema.

La permanente falta de transparencia en el uso de recursos públicos por parte del gobierno estatal; así como de las irregularidades cometidas por el gobierno anterior en que la Auditoría Superior de la Federación dio a conocer desde hace meses la falta de comprobación de cerca de quinientos millones de pesos; catapultan al gobierno de Mena Rodríguez al oscurantismo fiscal, a la opacidad y al alejamiento a años luz del ejercicio de algo cercano a la “Gobernanza”.

Además la falta de trabajo del gobierno en materia de infraestructura, obra pública, y modernización en general ha espantado a los inversionistas extranjeros lo que ha derivado en que el estado de Tlaxcala se encuentre en los últimos lugares en Inversión Extranjera Directa; pese a lo que diga la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco).

Y es precisamente la falta de trabajo, desarrollo, seguridad y modernización en Tlaxcala, lo que tanto al gobierno de Mariano González como al de Mena Rodríguez les ha llevado al fracaso para al menos salir de los últimos lugares a nivel nacional en Inversión Extranjera Directa.

Es así que la “Gobernanza”  promocionada por el actual gobierno de Mena Rodríguez no ha sido, sino mera demagogia, discurso; ya que la actual forma de gobierno no sólo sigue teniendo las mismas deficiencias que las del gobierno anterior; sino que la problemática en la vida política, económica y social del estado sigue creciendo, así como la inseguridad y presencia delictiva que afecta sobremanera a los tlaxcaltecas ante la fallida, absurda y excesiva política existente en el estado y el país lo cual se vio reflejado en las elecciones pasadas con el voto de castigo; pero por lo pronto y de no cambiar esta forma de gobierno seguirá golpeando a nuestro estado.

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