¿Quién gobierna en Tlaxcala?

Con la entrada en funciones del nuevo gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador, y la incorporación de nuevas figuras federales en los estados como los denominados “Superdelegados y los Coordinadores Generales de Programas para el Desarrollo”, se ha dado un debate y controversia con los gobernadores quienes han visto en riesgo sus facultades, aunque ni unos son “super” poderosos, ni otros pierden el control total de su gobierno, más bien se ve un asunto de centralizar los programas sociales en la figura presidencial, y quitar toda oportunidad a los gobernadores de oposición de utilizarlos electoreramente.

En el caso de Tlaxcala como en prácticamente todas las entidades del país, el PRI pudo mantener por muchos años su control en el gobierno gracias a que centralizaba el control de los programas sociales, y con ello tener una imagen paternalista entre la gente; hoy esa imagen se concentraría no en los coordinadores de delegados ni en los “super delegados”; sino en el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador; convertido él sí, en un “Super Presidente”.

La mecánica es sencilla: las nuevas unidades llamadas “Delegaciones de Programas para el Desarrollo” serán las encargadas de coordinar las acciones entre las autoridades estatales y municipales y el Ejecutivo federal.

Mientras que los “superdelegados” serán los encargados de promover los planes y programas que emprenda el próximo gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Y a su vez los “superdelegados”, que serán nombrados en todos los estados del país, deberán responder directamente al “Coordinador General de Programas para el Desarrollo”, que a su vez, estará directamente bajo el mando del Ejecutivo, a través de la Oficina de la Presidencial.

Es decir, prácticamente le quitan al gobernador Marco Antonio Mena, en el caso de Tlaxcala por ejemplo, casi la totalidad de injerencia en los programas sociales; así como el contacto directo con los beneficiarios, y con lo cual lo amarran de manos para que no pueda hacer campaña utilizando los programas sociales.

Pero tampoco dejan a los delegados, o a la coordinadora de delegados en este caso Lorena Cuellar Cisneros, el control de los programas sociales; ya que si bien ella tendrá el trabajo de coordinarlos no será en su totalidad porque tendrá una fuerte carga de trabajo en este sentido en estados colindantes con Tlaxcala.

Y a su vez coordinadores de otras entidades tendrán injerencia en los programas federales que se lleven en Tlaxcala; de esta manera se limita la actuación y control de los coordinadores, en este caso de Lorena Cuellar, y con lo cual se le disminuye en gran manera la posibilidad de utilizar también estos programas para beneficio de su imagen rumbo a la gubernatura.

Y es que todo está ensamblado de tal manera que en su momento la imagen que destaque sea como ha sido hasta el momento, la del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Por ahora quienes han podido aprovechar los reflectores son los diputados locales y federales de la ex coalición Juntos haremos historia; pero una vez que empiece a caminar la maquinaria de López Obrador, seguramente estos legisladores se volverán como robots respondiendo sólo a lo que diga el presidente; aunque de cualquier manera desde la tribuna del congreso o el senado, según sea el caso, podrán tener un mejor posicionamiento que si estuvieran dentro del Ejecutivo federal.

Hoy por hoy, el asunto de los dos gobernadores en Tlaxcala como en las demás entidades del país, es un mito que poco a poco se irá desvaneciendo con la imagen de Obrador; en Tlaxcala los sacrificados son Marco Mena y Lorena Cuellar; esta última definitivamente hubiera tenido mejor posicionamiento como diputada federal. Pero su opinión amable lector es la más importante.

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