Los odios en redes sociales que acompañan y ensucian a la 4T.
Entre los recientes cambios que se han estado generando en el país en los últimos meses, ha llamado mi atención la división en muchos mexicanos y tlaxcaltecas que se ha creado principalmente en las redes sociales con motivo del nuevo gobierno que encabeza ANDRÉS Manuel López Obrador, y donde de pronto la solidaridad que se mostraba, aunque momentánea, por ejemplo en las tragedias humanas a causa de situaciones como los terremotos, o catástrofes climáticas que han azotado diferentes partes del país, parece indicar tristemente que está quedando en el pasado, y digo tristemente porque quizá esos momentos de solidaridad mostraban la unidad de un pueblo.
Y es triste ver por ejemplo que en la tragedia más reciente que vivió el país tras la muerte de más de un centenar de hombres, mujeres y niños en el estado de Hidalgo al incendiarse una toma clandestina de hidrocarburo, mostró que la poca solidaridad que apenas hace unos meses había en México, y prevaleció en muchos casos evidenciado en las redes sociales principalmente, el odio y posición deshumanizada propia de un fanatismo político contra los muertos.
Qué triste ver que había gente en redes sociales que incluso se jactaba de que esas personas que buscaban llenar algún bidón de gasolina gratis e ilegal ante el desabasto provocado por el propio gobierno, hubieran muerto, e incluso deseaban la muerte hasta de sus familias.
Acaso cuando fueron los terremotos del 85, o los más recientes se escogía a los heridos para salvar sólo a los que no hubieran robado algo… no se les trataba de salvar por igual, y México tenía algo positivo de qué sentirse orgulloso como el hecho de salvar alguna vida humana e incluso animal.
Pero qué ha pasado, la violencia que se desató desde las pasadas campañas presidenciales en las redes sociales, no sólo se ha mantenido, sino que al parecer ha ido creciendo, y donde ha llegado hasta el exceso de desear la muerte en los propios simpatizantes del presidente Andrés Manuel López Obrador hacia otros como en este caso de lo ocurrido en Hidalgo, y que parece ser que esta guerra en redes sociales está moldeando el nuevo comportamiento de la sociedad mexicana y donde lamentablemente Tlaxcala no se ha quedado fuera.
Sin embargo, yo todavía tengo mis dudas de que los mexicanos y los tlaxcaltecas nos estemos deshumanizando el hecho de la explosión de hidrocarburo conmovió al país en el primer momento; y al parecer hubo algún grupo, o algunos grupos que se encargaron de regar el odio en las redes sociales contra las víctimas.
Y comentar por ejemplo, que apenas en un cuestionamiento que expresé en redes sociales sobre presuntos señalamientos contra los gobiernos presidenciales anteriores con el ánimo de juzgarlos; señalé que sería adecuado también hacerlo en todo caso con el actual gobierno en cuanto a hechos de corrupción en que en el pasado, han estado involucrados.
Sin embargo, cierto personaje en una cuenta de Facebook que pudiera ser de una persona ficticia, arremetió contra mi persona a través de comentarios con palabras altisonantes, y toda serie de majaderías acusándome neciamente de cosas inventadas con el obvio objetivo de crear un ambiente negativo contra mi comentario entre los cibernautas.
Le contesté que demostrara su dicho, pero como no pudo cambió su discurso diciendo que era un profesor jubilado trabajador y también campesino; pero al cuestionarlo de entonces por qué utilizaba expresiones tan bajas para una persona no sólo de su edad, sino que se decía ser profesor.
Entonces al verse acorralado volvió con las ironías y las burlas propias más de un adolecente, o más bien de alguien que no busca en modo alguno ayudar al país, sino inyectar odio contra toda crítica hacia el actual gobierno federal, y lo cual me parece algo preocupante, porque parece ser que en mucha gente está funcionando esa terrible estrategia, y hay gente que termina por repetir frases e información inexacta, pero lo más preocupante termina por envenenarse el alma.
Hoy la solidaridad entre mexicanos más allá de los colores partidistas, de la edad, el género, o cualquier diferencia ideológica que ha habido en México por décadas parece apagarse, o más bien parece que alguien está interesado en que se apague. La razón la desconozco, pero espero que finalmente la gente no lo permita, que razone y si no que sienta que ningún gobierno, ningún partido político, ninguna ideología, debe envenenarnos el alma.